El último informe que hemos recibido indica que Claudia Sheinbaum, actual Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, ha insinuado indirectamente, a través de sus operadores, que su postura frentista con los medios de comunicación podría cesar si ella llega a ser electa como la Presidenta de México.
Esto, sin duda, ha llevado a un refuerzo del debate y la reflexión sobre las tensas relaciones que se han forjado entre la política y los medios de comunicación en México en los últimos años.
Según Mario Maldonado, periodista respetado y conocido por no guardar su opinión independientemente de lo polémico que pueda resultar el tema en cuestión, la estrategia de Sheinbaum posee un doble matiz.
Por una parte, ofrece una especie de tregua con los medios, insinuando que ella puede reparar la brecha existente entre los funcionarios y la prensa, lo que concuerda con su propuesta política de cambio y renovación. Este punto puede ser visto como un movimiento estratégico para ganarse el apoyo mediático y, en consecuencia, aumentar su popularidad entre los electores.
Por otra parte, también abre el debate sobre la naturaleza de las relaciones entre los poderes gubernamentales y los medios informativos, planteando si estas deben ser manejadas en función de una especie de quid pro quo. Esto, por supuesto, generaría cuestionamientos sobre la autonomía e independencia de los medios.
Al final, parece que Sheinbaum está jugando una carta estratégica con respecto a los medios, sabiendo que un apoyo mediático sólido puede ser crucial para lograr su objetivo de la presidencia.
Sin embargo, aunque esta estrategia puede parecer atractiva en papel, se debe recordar que la realidad es mucho más compleja y puede llevar a resultados inesperados.
Por lo pronto, se mantiene el suspenso y la expectación sobre cómo se desarrollarán estos eventos y qué implicaciones tendrán para el panorama político mexicano. En cualquier caso, estos movimientos estratégicos suman un ingrediente más en el caldo político que se está cocinando en la nación en este camino a las próximas elecciones presidenciales.