Expansión del líder delictivo desata una ola de violencia y extorsiones en Allende

Joaquín Arzate, alías «El Chimuelo» busca controlar el municipio mediante extorsiones y ataques violentos, según fuentes policiales

Allende, NL.- Joaquín Arzate, alias “El Chimuelo,” ha sido señalado como el principal responsable de la reciente ola de violencia en el municipio de Allende, Nuevo León, en su intento de extender su control delictivo. Arzate, con base en Cadereyta, ha centrado sus esfuerzos en dominar la región citrícola de Nuevo León mediante extorsiones y ataques violentos.

El pasado 26 de agosto, Arzate habría ordenado el asesinato de Gabriel Silva, conocido como “El Mascatuercas,” quien fue ejecutado en una barbería del centro de Allende tras negarse a pagar extorsiones. Días después, un hombre y su hijo fueron baleados en un ataque similar, vinculado también a las operaciones del grupo de Arzate.

Además de la violencia, «El Chimuelo» ha tejido una red de robo de combustible en complicidad con Juan González Olvera, líder del sindicato de petroleros en Cadereyta. Juntos, implementan un esquema en el que ingresan pipas vacías a la refinería Héctor R. Lara Sosa como «desecho» y las sacan llenas de diésel para su venta ilegal, una operación de huachicoleo que ha financiado la expansión criminal de Arzate en la región.

Juan González Olvera, líder del sindicato de petroleros en Cadereyta.

La alianza entre Arzate y el líder sindical ha facilitado este lucrativo esquema de robo, permitiendo que su influencia crezca tanto en Cadereyta como en Allende. Las autoridades continúan las investigaciones mientras los habitantes de la zona temen por la creciente violencia y control delictivo.

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